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Consideraciones Preliminares

(Texto original, 30 de enero de 2011; versión actual, 22 de marzo de 2011.)

Como primera aproximación, defino un discurso como un texto y un mensaje asociados, lo que expreso sintéticamente por medio de la formulación (1). Empleo los paréntesis normales ( y ) para indicar que los dos componentes indicados forman un todo unitario. Por medio de los dos puntos simbolizo la asociación entre ellos. Esta notación y algunas variantes que introduciré en otras partes serán de utilidad a lo largo de diferentes discusiones, porque permitirán identificar rápidamente las entidades sobre las que dirigiré la atención.

(1)  discurso = ( texto : mensaje )

También como un acercamiento inicial, considero que un texto es una serie de enunciados articulados, hablados o escritos, lo que represento por medio de (2).  Aquí, la coma indica articulación.

(2)  texto = enunciado 1, enunciado 2 … enunciado n

   Asumo que una serie es un conjunto ordenado de elementos y entiendo “conjunto” en el sentido matemático de la palabra. Un conjunto puede incluir una pluralidad de enunciados o constar de uno solo. Puede también, en un determinado tipo de casos, ser vacío, es decir, no contener ningún enunciado. En otras palabras, el silencio puede contar como texto; y el silencio y lo que nos dice, como discurso, asunto que será tratado en su momento.

   Ejemplos de discursos serían, además de aquellas piezas de oratoria que reciben la denominación en la plática cotidiana, un artículo científico, una arenga, un chiste, una llamada de atención, un instructivo, un libreto e, inclusive, una conversación casual. La presunción, al englobarlos en una misma designación, es que poseen, tanto rasgos específicos que los distinguen, como propiedades compartidas, las cuales son lo que hace posible y pertinente contrastarlos. La voluntad es descubrir en ellos regularidades, o quizá en un plano más abstracto, tipos de regularidades comunes. El propósito es configurar en función de esos tipos de regularidades una ciencia general que pueda dar cuenta de lo que ocurre en un espacio de comunicación cuando una persona opta por emitir una secuencia de palabras.

    En su conjunción, las dos definiciones, la de “discurso” y la de “texto”, identifican el tema común de una variedad de investigaciones académicas que se han desarrollado en las últimas cuatro décadas con diversas orientaciones y desde diferentes perspectivas, que se denominan genéricamente “análisis del discurso” o “estudios del discurso”: el uso de la lengua. Al plantearlas, suscribo dos preocupaciones que animan muchas de esas investigaciones, quizá la gran mayoría, aunque no siempre se presentan ambas explícitamente: las de comprender cómo depende lo que hacemos con las palabras de las condiciones en que las empleamos y cómo de las formas que se configuran con las palabras al emplearlas.

   Si bien mis definiciones son más simples que las que han adoptado otros como puntos de partida, considero que ofrecen un mejor sustento para intentar esclarecer ciertos fenómenos que resultan de la complejidad del discurso, cuya explicación es clave para avanzar en la conformación de la ciencia. Pienso también que proporcionan mejores bases para revisar y articular en un cuerpo coherente aportaciones provenientes de las diversas escuelas y corrientes que han dado vida al campo de estudios. En el Mapa temático que iré elaborando en este sitio electrónico (discoursescience punto info), indicaré en forma sencilla el grado de proximidad o distancia entre mis concepciones del texto y el discurso y las de otros autores. En la sección de Teoría, expondré en mayor detalle las afinidades y las diferencias entre unas y otras.

   Algunas nociones que aparecen en las definiciones requerirán de cierta elaboración, en particular aquellas a las que se alude con los términos “asociados” y “unitario”. Por supuesto, además habrán de ser acompañadas de una definición de “enunciado”. Pero todo ello sólo podrá proporcionarse una vez que haya sido examinado en qué consiste el ser del discurso y qué implica conocerlo propiamente. Para poder iniciar esos exámenes, que son la materia de las secciones Ontología y Epistemología, es que se requieren las definiciones en su forma preliminar.